SANTO DOMINGO, RD.- Rafael Polanco, tres veces candidato a presidir el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) sostuvo que las ambiciones internas de los directivos del Movimiento Marcelino Vega conducen nuevamente de forma estrepitosa hacia el colapso del gremio.
Polanco indicó que la historia se repite, al recordar que fueron precisamente los marcelistas quienes provocaron la primera gran división del CDP en 1991, cuando cedieron las principales conquistas alcanzadas por los periodistas dominicanos con la Ley 148-83, promulgada por el entonces presidente Salvador Jorge Blanco y propiciaron su modificación por la actual Ley 10-91.
Dijo sentirse con autoridad moral para advertir sobre una eventual división del CDP y se apoya en acontecimientos de los que fue parte y víctima, amén de que han tenido consecuencias funestas para los periodistas.
Recordó que fue candidato a presidir el CDP por primera vez en 1990 y que producto de haber perdido esos comicios se produjo la modificación de la Ley 148-83, dando paso a la Ley 10-91.
Esa acción se derivó de la claudicación de los dirigentes de entonces que cedieron gran parte de los derechos consignados en la Ley 148-83, como la obligatoriedad, la profesionalización y el impuesto de un 0,5 por ciento de la publicidad en favor del gremio, entre otros.
También dio paso a la primera división interna del gremio y al surgimiento de la Asociación de Periodistas Profesionales (APP) que se mantuvo por un tiempo y que luego culminó con un acuerdo que permitió el retorno al CDP con el compromiso de propiciar una nueva modificación de la Ley.
La cúpula dirigencial del Marcelino Vega se ha adueñado por años de las estructuras del CDP y han hecho de ellas un botín al que algunos consideran que nadie más puede aspirar. Tres de ellos tienen 13 o 14 períodos. como presidentes del Comité Ejecutivo y otros tantos del IPPP.
En ese afán de mantener el control del CDP la cúpula marcelinista ha llegado al extremo de llenar el padrón de todo tipo de gente, muchas sin cumplir los requisitos para ser miembros. En otros casos excluyen del padrón a quienes les adversan y llegan a extremos de hasta declararlos muertos, como fue mi caso, excluido y al lograr una sentencia que ordenaba reintegrarme lo hicieron, pero como fallecido, lo que me impidió candidatearme en 2021.
Debo recordar que la Comisión Electoral, presidida por Luis Pérez, hoy candidato por una de las facciones del Marcelino Vega, admitió la Plancha encabezada por mí y, cediendo a presiones de la cúpula marcelinista, objetó mi participación.
Con el apoyo de 6 de los movimientos que inciden a lo interno del Colegio volví a ser candidato en 2023 con un gran equipo para dirigir los destinos del CDP, pero otra vez los que se consideran dueños hicieron las truchimanerías a las que están acostumbrados y “volvieron ganar”.
Como dice el refrán “filo con filo no se corta” ahora la lucha es entre ellos, divididos en dos facciones a las que poco les importa el CDP y los periodistas, de lo que se trata es de seguir manteniendo el control para continuar ordeñándole como hasta ahora.
Lo lamentable es que los demás movimientos que inciden dentro del CDP están en Belén con los Pastores, postulando candidatos desconocidos, sin ninguna posibilidad de triunfo o buscando un candidato, pero ahora, con el tiempo encima.
Desde hace más de un año sugerí a los grupos que adversan al Marcelino Vega ponerse de acuerdo para lanzar precandidatos con miras a más adelante escoger a los de mayor aceptación obtuvieran para formar una plancha unitaria, como hicimos en las elecciones del CDP 2023.
Ahora tienen a su favor la división interna del Marcelino Vega, pero los prejuicios, la falta de objetivos claros, conflictos interpersonales o ideológicos determinan que sea difícil ponerse de acuerdo para bien de nuestra profesión y nuestro gremio.
Perdonenme, pero lo que veo a futuro es un CDP dividido y colapsado. Ojalá me equivoque.