Aunque sin expectativas de éxito, dado el desplante de Putin
Y al final no hubo cumbre este jueves. Después de una jornada de incertidumbre total por el plantón de Putin a Zelenski cuando ya estaba en Turquía, finalmente Rusia y Ucrania aplazaron la reunión al viernes para tratar de acercar posturas y buscar un alto el fuego… aunque lo harán con matices. En primer lugar, porque ninguno de los dos líderes se sentará a la mesa de negociaciones. En segundo, porque ahora tienen que dar respuesta a la gran incógnita: aunque todo parece indicar que se celebrará un contacto directo entre Moscú y Kiev, no está confirmado que así sea o si, por el contrario, lo harán por separado con Estados Unidos y Turquía como intermediarios. Así lo ha deslizado el Gobierno turco a última hora de la noche, al confirmar que habrá reunión el viernes aunque en «formatos aún no determinados».
Lo cierto es que lo que parecía una cita histórica, el primer contacto directo entre Rusia y Ucrania en tres años de conflicto, se ha ido desinflando a lo largo de este jueves, cuando Putin boicoteó el encuentro al no trasladarse a Estambul y en su lugar enviar una delegación de «bajo nivel», en palabras de Zelenski. Este movimiento obligó al presidente ucraniano a tomar medidas: el mandatario, que al mediodía se reunió con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decidió no participar en la cumbre (de hecho esta misma tarde puso rumbo a Albania para formar parte el viernes de la cumbre de la comunidad política europea) y en su lugar envió a una delegación encabezada por el ministro de Defensa, Rustem Umerov. De producirse finalmente la reunión el viernes, será un encuentro a nivel de diplomáticos, pero no de los más altos mandos.
Desde la delegación rusa han asegurado que están «listos para alcanzar compromisos» y avances hacia el alto el fuego, pero Zelenski ha pedido a sus aliados «sanciones ejemplares» si no hay progresos y ha acusado a Moscú de no tomarse en serio las conversaciones.
Quien tampoco espera muchos avances es Estados Unidos, como dejó claro Marco Rubio, quien aseguró por la tarde que el país no tiene «grandes expectativas» en las conversaciones y deslizó que fuera necesaria la intervención de Trump para lograr un «gran avance» y desencallar el conflicto. Donald Trump, que sigue de gira oficial por Oriente Medio, ha asumido que podría ir a Turquía «si sirviera de algo», pero no parece ser el caso. De hecho, sugirió este jueves que no habrá avances en las potenciales conversaciones para el alto el fuego o una futura hasta que él y el propio Putin se reúnan.
«Mira, no va a pasar nada hasta que Putin y yo nos reunamos, ¿de acuerdo?», aseguró al ser preguntado por un periodista en el Air Force One por si sentía decepcionado por el nivel de la delegación rusa a Turquía. «No estoy decepcionado de nada. ¿Por qué iba a estarlo?», expuso, al afirmar que «ni siquiera comprobó» quién estaría al frente de la delegación rusa en Turquía. En este sentido, aseguró que el presidente ruso «obviamente» iba a acudir a la cita si el propio Trump se personaba: «Él no iba a ir si yo no iba», sentenció.
El presidente ucraniano explicó por la tarde que la prioridad de la delegación ucraniana será acordar la declaración del alto el fuego que viene reclamando Kiev desde hace semanas para empezar a negociar el final de la guerra.Zelenski destacó que desde Kiev han viajado a Turquía para las negociaciones el propio presidente, el jefe del Estado Mayor, los ministros de Defensa y Exteriores y los jefes de los servicios secretos, y explicó que no ha enviado desde Ankara a Estambul a todo el equipo al no estar al mismo nivel la delegación que ha desplazado allí Rusia.

El equipo negociador ruso en la ciudad turca estará presidido por el asesor presidencial Vladímir Medinski, el mismo que encabezó las negociaciones con Kiev en Estambul en 2022. Fue él quien apuntó que el lado del Kremlin está listo «para posibles acuerdos» con Ucrania, aunque sin especificar el contenido. Con todo, el tono ha sido muy duro durante toda la jornada, pues el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, llamó «payaso» a Zelenski por querer reunirse directamente con Putin, y la respuesta del lado ucraniano no se hizo esperar. «Merece la pena reseñar que la delegación rusa en Turquía no está liderada por el ministro de Exteriores ruso. Su papel es ladrar desde Moscú», escribió en su cuenta de X el portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, Gueorgui Tiji, en respuesta un Lavrov que también calificó a Zelenski de «patético».
«En vez de venir Putin a reunirse con el presidente Zelenski y mantener una conversación seria sobre el final de la guerra y el restablecimiento de la paz, lo que escuchamos desde Rusia son insultos personales al presidente ucraniano«, dijo también el portavoz de la diplomacia ucraniana en su mensaje.
En el contexto de la guerra, por otro lado -y más allá de las negociaciones-, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, dejó claro de nuevo que el impulso al gasto en defensa será «el principal resultado» de la cumbre de líderes aliados que tendrá lugar el 24 y 25 de junio en La Haya. El político neerlandés se expresó así en una rueda de prensa posterior a la reunión informal de ministros de Exteriores de la Alianza celebrada en Antalya, también en Turquía, en la que además debatieron sobre el aumento de la inversión en las fuerzas armadas. «Nuestro foco de atención principal fue impulsar el gasto en defensa. Este es el principal resultado de la cumbre y será un área clave para la Alianza en los próximos años», expresó Rutte.
![13/05/2025 RUSSIA, MOSCOW - MAY 13, 2025: Russia's President Vladimir Putin attends a video-conference meeting with members of the Delovaya Rossiya [Business Russia] National Public Organisation as part of the 20th Delovaya Rossiya Congress and Forum POLITICA Europa Press/Contacto/Alexander Kazakov](https://imagenes.20minutos.es/files/image_320_180/uploads/imagenes/2025/05/15/el-presidente-ruso-vladimir-putin.jpeg)
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Agregó que ese incremento del gasto se necesita para cumplir los objetivos de capacidades «que los aliados acordarán pronto», así como para garantizar que la organización transatlántica «está preparada para afrontar cualquier amenaza y desafío». En la cumbre aliada de 2014 en Gales se acordó que los Estados de la OTAN avanzaran para destinar a la inversión militar el 2% de su PIB en 2024. Según los datos provisionales que la organización transatlántica publicó en abril, el año pasado 22 de los 31 miembros de la OTAN con ejército (Islandia no lo tiene permanente) alcanzaron esa cifra que ahora se ha convertido en el mínimo exigible.
Fuente: 20 Minutos
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