El partido del exministro Lindner, que cita a Milei y Musk como modelo, planeó en secreto su salida de la coalición del canciller Scholz
El canciller alemán, el socialista Olaf Scholz, perdió la moción de confianza del Bundstag –Parlamento alemán— como era previsible, por lo que Alemania ya ha dado el pistoletazo de salida a las elecciones presidenciales, que se celebrarán el próximo 23 de febrero y que las encuestas decantan para la derecha alemana tras un derrumbe de los socialdemócratas.
El líder del SPD utilizó su intervención en la cuestión de confianza para lanzar promesas electorales y arremeter contra su exsocio de Gobierno, el FPD –la coalición de verdes y liberales—, obviando una derrota parlamentaria cuyo objetivo era perder para ofrecer así la posibilidad al presidente de la cámara de disolver las cortes y convocar elecciones oficialmente, aunque estas ya estaban anunciadas para el 23 de febrero del próximo año.
De esta forma, Scholz se ha sometido a la moción como un trámite necesario para la convocatoria de elecciones y ha cargado contra su exministro de Finanzas –cuya destitución acabó con el acuerdo de Gobierno entre verdes, liberales y socialistas—, el liberal Christian Lindner, por ver la «política como un juego» y no tener «la madurez moral necesaria» para estar en el Gobierno. Todo ello, entre proclamas políticas que prometían empleo de calidad, una bajada del IVA en los alimentos básicos y una subida del salario mínimo interprofesional a 15 euros la hora.
Un ambiente electoralista que deja patente la entrada de Alemania en la carrera por la presidencia en un contexto que no beneficia a Scholz, cuya formación caería en alrededor de 10 puntos con respecto a los comicios de 2021 llegando a instalarse en el 15,5% del voto, según las encuestas. Una caída que lo situaría en el tercer partido más votado, quedando por debajo de un flamante CDU –partido de unión cristianodemócrata situada en el centro derecha— con el 32,5% de intención del voto; y por debajo del partido de derecha radical llamado Alternativa para Alemania (AfD), que conseguiría representar al 19,5% del electorado.
La moción de confianza
En concreto, de los 733 diputados que integran el Bundstag, el líder de los socialistas alemanes recibió el apoyo de 207 diputados, los que ostenta su grupo parlamentario; mientras que para ganar la moción necesitaba un apoyo de los 367 diputados que sumaban los socialistas junto a liberales y los verdes antes de la ruptura del Ejecutivo. Por su parte, los verdes decidieron abstenerse (117 abstenciones), por lo que los votos en contra del Gobierno de Scholz fueron 394.
De esta forma, el líder de los socialistas se enfrenta a unos comicios de los que no parece que obtendrá una mayoría suficiente para encabezar una nueva legislatura, a pesar de que Scholz mostró convencido en poder darle la vuelta a unas encuestas que apuntan hacia un Gobierno de coalición entre el centro derecha y la derecha radical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario