RUEDA DE PRENSA DE CLAUSURA DE LA OTAN
El presidente defiende su legado y avisa al pueblo americano en su rueda de prensa de clausura de la cumbre de la OTAN: “Estoy aquí para terminar el trabajo”
Javier De La Sotilla
Joe Biden esperó dos semanas desde su cara a cara con Donald Trump para exponerse por primera vez a una intervención sin guion ni telepompter, y ocho meses desde su última rueda de prensa en solitario, el pasado noviembre, cuando compareció en Woodside (California) durante apenas veinte minutos tras su reunión con Xi Jinping. Cuando anoche llegó, acorralado por las crecientes críticasen su partido por su condición física, al atril preparado en el centro de convenciones Walter E. Washington –donde se ha celebrado esta semana la cumbre de la OTAN–, tenía a millones de americanos examinando cada palabra, cada gesto, cada lapsus, cada confusión. Y, aunque sufrió un lapsus(en el que confundió a Kamala Harris con Donald Trump), en líneas generales estuvo a la altura de la ocasión, pero no parece que vaya a ser suficiente para calmar la tormenta desatada.
“No estoy en esto para defender mi legado, sino para completar el trabajo que empecé”, dijo el presidente ante la insistencia de los periodistas, que preguntaron casi exclusivamente sobre su continuidad. “Estoy decidido a presentarme, pero creo que es importante disipar los temores: que me vean más en público”, reconoció, atendiendo a la principal preocupación en sus filas. Negó cualquier insinuación de que haya empeorado su estado físico en los últimos meses y se pasó toda la rueda de prensa esquivando las preguntas sobre su continuidad y redirigiendo su respuesta en la defensa de su mandato.
Antes de dar paso a las preguntas, comenzó con un discurso de unos ocho minutos en el que destacó su rol en la ayuda a Ucrania ante la invasión rusa: “promoví una coalición de 50 naciones, de Europa a Asia, para ayudar al país a defenderse. Vladimir Putin pensó que saldría victorioso en una semana. Gracias a nuestra coalición, Ucrania sigue en pie y la OTAN es hoy más fuerte que nunca”. Mencionó la incorporación de Finlandia y Suecia, dijo que durante la cumbre los líderes de la alianza le han “agradecido” su implicación y ahí empezó a dibujar sus contrastes con Trump, al que apenas citó por su nombre.
“Mi predecesor lo ha dejado claro: no tiene ningún compromiso con la OTAN. Ha dejado claro que no se sentiría obligado a aplicar el Artículo Cinco. Llegó a decirle a Putin que hiciera ‘lo que demonios quiera’ con los aliados”, dijo Biden. “De hecho, el día después de la invasión de Ucrania, dijo que Putin era un genio, que era maravilloso, pero parece que la gente lo ha olvidado”, recordó, y se distanció del magnate citando a un presidente demócrata y otro republicano: “Creo que el consenso estadounidense desde Truman, pasando por Reagan, hasta mí, sigue vigente. América no puede retirarse del mundo”, señaló, “yo no me alejaré de Ucrania, mantendré fuerte a la OTAN. Ahora, la política de la futura administración dependerá del pueblo americano”.
El presidente habló en su tono bajo habitual y tuvo un lapsus en el que confundió a Kamala Harris con Donald Trump
Durante todo el discurso, destacó la mejoría de EE.UU. desde que llegó al poder, meses después del inicio de la pandemia por Coronavirus. En cuanto a la economía, que le ha pasado factura por los niveles récord de inflación en cuatro décadas alcanzados en junio del año pasado (9,1%), se congratuló por el “gran informe” publicado ayer por la mañana “que muestra que la inflación ha bajado“. ”Mientras tanto, Trump está pidiendo un arancel del 10% sobre todo lo que compran los estadounidenses en el exterior, que le costaría al trabajador estadounidense promedio un extra de 2.500 dólares anuales”.
Luego pasó a la inmigración, la principal preocupación de los estadounidenses según los sondeos, y recordó que Trump “dinamitó el acuerdo bipartidista para asegurar la frontera” con su presión a los congresistas republicanos, “así que tomé una acción ejecutiva el mes pasado que, trabajando con México, ha reducido los encuentros fronterizos en más del 50%. El nivel actual es más bajo hoy que cuando Trump dejó el cargo”.
Tras ocho minutos de discurso, dio paso al turno de preguntas, que se alargaron alrededor de una hora. El tono bajo del habla de Biden, que fue de más a menos, estuvo en la línea de sus discursos de campaña: cansado, aunque reservando picos de energía para los momentos clave.
Tuvo alguna vacilación, aunque no destacable, pero sí un lapsus que ya es viral en redes sociales: al ser preguntado por la capacidad de la vicepresidenta, Kamala Harris, de ganar a Trump en noviembre, la confundió con el republicano: “Miren, no habría elegido al vicepresidente Trump para ser vicepresidente si no creyera que está cualificado para ser presidente”. Apenas una hora antes, en la reunión del Consejo Atlántico Norte con Volodímir Zelenski, tuvo un lapsus parecido cuando cedió la palabra al mandatario ucraniano llamándole “Vladimir Putin”.
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