AFGANISTÁN.- La euforia de los talibanes tras la retirada de las tropas estadounidense se puede tornar pronto en preocupación. Sus líderes han prometido anunciar la composición de un nuevo Gobierno en cuestión de días, tal vez horas, y este tendrá que lidiar, entre otros asuntos muy preocupantes, con la grave crisis económica que se les viene encima y con la amenaza de una guerra de guerrillas con algunos de los trece grupos étnico que hay en el país.
Está por ver si respetan su promesa de crear un Ejecutivo inclusivo, que de cabida tanto a las mujeres como a miembros de tribus no pastunes.
El respeto de los derechos humanos será determinante para mantener al menos parte de la ayuda de la comunidad Internacional, de la que depende la supervivencia de casi la mitad de la población.
Tienes un régimen sin experiencia en el manejo de la política en un momento en que hay una crisis política importante, agravada por el hecho de que la comunidad internacional va a cortar el acceso a los fondos para este gobierno talibán. Y como siempre, es la gente, el pueblo afgano, el que más va a sufrir», explica Michael Kugelman, director adjunto del Programa de Asia del Wilson Center.
Mientras que en las calles de Kabul y otras ciudades, el burka vuelve a ser la norma, el personal médico femenino de este hospital de la capital afgana sigue atendiendo a sus pacientes como lo ha hecho en los últimos años.
Una determinación que solapa el miedo generalizado a un retorno a los años más oscuros bajo del dominio Talibán, en los años noventa del siglo pasado y principios del presente.
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