Por Ramón Ceballo
El PRM es una organización política que debe orientar su lucha para consolidar la democracia, la libertad, y la participación política.
Sin embargo, la política implementada en el Comité Internacional por los dirigentes perremeístas solo responde a situaciones coyunturales, donde las actuaciones son completamente excluyentes.
Debido a esta razón, las actividades son espontáneas, orientadas en función de los intereses de un grupo de dirigentes, muchos de los cuales no tienen ninguna vinculación con las Seccionales a los cuales deben pertenecer.
Los dirigentes del PRM en el "Comité Internacional" son el resultado de designaciones, muchas veces caprichosas, nunca fruto de una elección democrática, que responda al cumplimiento de las acciones estatutarias.
Por tal razón tanto los dirigentes, militantes y simpatizantes del Partido Revolucionario Moderno, en las diferentes seccionales lucen ajenos al interés de lo que hacen los referidos lideres internacionales.
Estatutariamente la dirección Internacional, está llamado a dirigir la política del PRM, y a coordinar en el exterior las diferentes Seccionales, a tres años de su auto designación no tienen una agenda definida, carece de planes y programas, lo que h conducido a que actúen evidenciando una falta de coordinación con las seccionales y peor aún, carece de un plan mínimo de acción.
Los perremeístas en el exterior no podemos seguir así. Vivimos un tiempo de cambio, donde la propia sociedad rechaza la partidocracia debido a la ausencia de disciplina y transparencia en el accionar de la mayoría de los políticos; por tal razón la dirección política del PRM en la Dirección Internacional a partir de esta convención deben ser el resultado de la voluntad de las bases, quienes son las únicas con el derecho a decidir el futuro del PRM
La próxima convención, esta llamada a cambiar. Nuevos dirigentes están llamados a asumir los trabajos políticos con un sentido del consenso de los dirigentes, no a través de disposiciones administrativas de dirigentes, muchos de, los cuales han perdido la credibilidad y confiabilidad en el seno de nuestras Comunidades.
El momento llama a los perremeístas a aprovechar este período pre convencional para reflexionar y buscar la forma de trabajar unidos para cambiar la imagen de nuestros organismos y por lo tanto de los dirigentes.
Trabajemos juntos para crear las condiciones que garanticen que los organismos del PRM, tanto a nivel de las seccionales como de la propia Dirección Internacional, se abran y e esta forma poder desarrollar políticas que permitan crecer con dirigentes en los cuales predomine la honestidad, la legalidad, y la transparencia.
Debemos abocarnos al análisis de los errores cometido, a poner en balanza las fortalezas y debilidades de cada dirigente, a desglosar, como nuestras ideas sintonizan o no con los anhelos y esperanzas de la Comunidad Dominicana, residente fuera del territorio patrio.
Es hora de que cada perremeísta examine con toda seriedad su actitud y conducta, y sobre todo determine qué puede hacer positivamente por el relanzamiento y preservación del Partido Revolucionario Moderno, para mantenerlo como una organización fuerte, creíble y sobre todo moralmente poderosa.
Vamos a crear organismos con estructuras que faciliten estar en condiciones de ofrecer respuestas adecuadas y prácticas a los nuevos desafíos que se presentarán en el transito al relanzamiento del Partido hacia la conquista del poder.
Debemos recurrir a la gran reserva humana y moral de todos los perremeístas, para crear un liderazgo, una fuerza política que genere confianzas en las bases del partido y en la comunidad dominicana en sentido general.
Es tiempo de fortalecer la institucionalidad, la democratización, el trabajo colegiado y sobre todo la unidad práctica, sincera y programática de los perremeístas.
El momento reclama integrar a los mejores hombres y mujeres a la dirección de los diferentes organismos y así desarrollar trabajos que permitan rescatar el crédito y el respeto de la comunidad dominicana hacia nuestro Partido y sus dirigentes.
Esta convención es el mecanismo ideal para sincerisar el liderazgo. Tenemos muchos compañeros/as que no asimilan la idea que ser dirigente es dirigir a la gente y usted no puede ser dirigente sino se ha ganado el respeto de la mayoría, con sus acciones, trabajo y sacrificio en el seno el PRM y de la comunidad.
Es hora de impulsar cambios en la dirección Internacional, en sus Seccionales y los diferentes organismos. Renovar el liderazgo, poner al PRM al día en las ideas y en los métodos de trabajo.
El PRM tiene muchas gentes talentosas, honestas, con valores en las diferentes Seccionales. Ya es hora de que los dirigentes den ejemplo una vez más de institucionalidad democrática, manejo transparente, racionalidad, y respeto a nuestra militancia.
Este momento nos obliga a ser selectivos y no dejarnos arrastrar o cegar por las apariencias. Necesitamos en la dirección de la dirección Internacional y sus organismos los mejores compañeros y compañeras, que garanticen el trabajo comunitario y la identificación permanente con los problemas de la comunidad. Impulsemos en esta convención a los hombres y mujeres con voluntad política, capaces y con sentido de responsabilidad.
En el exterior es tiempo de construir la imagen del PRM con dirigentes que reflejen el interés de dejar a un lado el camino de la división, el sectarismo, la falta de respeto a los organismos y sobre todo a nuestros militantes.
El relanzamiento del PRM en el exterior requiere preservar lo mejor de lo viejo e integrar lo mejor de lo nuevo en una dirección que garantice el centralismo democrático, la continuidad de los trabajos partidarios, y el respeto a las decisiones adoptadas por los organismos superiores competentes.
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