El cese de actividades provocó cierres y otros problemas en todo el país, incluido en su principal aeropuerto internacional.
Una inusual huelga general amenazó con paralizar a Israel este lunes en protesta por el fracaso del Gobierno israelí en devolver a los rehenes tomados por Hamás durante el atentado del 7 de octubre.
El cese de actividades provocó cierres y otros problemas en todo el país, incluido en su principal aeropuerto internacional. Sin embargo, la huelga fue ignorada en algunas zonas del Estado judío, reflejando las profundas divisiones políticas que existen en el país tras el inicio de la guerra contra Hamás.
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Tribunal laboral dictaminó que la huelga debía terminar a las 14:30 (hora local), aceptando una petición del Gobierno que decía que tenía motivaciones políticas.
El jefe del sindicato más grande de Israel, el Histadrut, dijo que acataría la decisión del tribunal y ordenó a los miembros que regresaran al trabajo. Arnon Bar-David había convocado la huelga general, la primera desde el comienzo de la guerra. Su objetivo era cerrar o interrumpir los principales sectores de la economía, incluidos la banca y la atención médica.
La guerra divide a los israelíes
El asesinato de seis cautivos en Gaza desató la ira de cientos de miles de israelíes el fin de semana que salieron a las calles para protestar contra el Gobierno. Las familias y gran parte del público culpan al primer ministro, Benjamin Netanyahu, diciendo que podrían haber sido devueltos con vida si hubiera llegado a un acuerdo con Hamás para poner fin a la guerra.
Las manifestaciones del domingo parecen ser las más numerosas desde el comienzo de la guerra. Los organizadores estiman que hasta 500.000 personas participaron en los actos celebrados en todo el país y en la manifestación principal en Tel Aviv. Los medios israelíes estiman que participaron entre 200.000 y 400.000 personas.
Pero otros apoyan la estrategia de Netanyahu de mantener la presión militar sobre Hamás, asegurando que obligará a los militantes a ceder ante las demandas israelíes, potencialmente facilitar las operaciones de rescate y, en última instancia, aniquilar por completo al grupo terrorista.