Centrado en restaurar la reputación institucional
Con motivo de las celebraciones de sus diez años de reinado, el Rey Felipe VI apareció en el balcón del Palacio Real de Madrid, acompañado por la Reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, para conmemorar su proclamación.
Hace una década, Felipe VI ascendió al trono tras la turbulenta abdicación de su padre, Juan Carlos I, debido a numerosos escándalos públicos y privados. Desde entonces, el monarca ha centrado sus esfuerzos en renovar la monarquía y restaurar la transparencia y la integridad de la institución.
«Es una buena persona y lo que ha pasado, ha pasado. Y me gustaría que dejasen a la familia ya tranquila», expresó una mujer entre la multitud, reflejando el sentir de muchos de los españoles que se reunieron en el Palacio Real de Madrid.
Renovación institutional
Durante esta década, el Rey también ha tenido que tomar decisiones personales dolorosas para distanciar la monarquía de los escándalos del pasado.
Esto le ha supuesto separarse de su hermana, la infanta Cristina, debido a los casos de corrupción de su marido, Iñaki Urdangarín y gestionar su relación con su padre, quien se trasladó a Abu Dabi en el 2020 y que continúa en la actualidad residiendo fuera de España.
«Se ha intentado apartar de todos los escándalos, manteniendo la institución monárquica completamente al margen. Creo que lo ha hecho de forma muy correcta,» señaló otro asistente a la celebración de los diez años de reinado.
El futuro de la monarquía ahora recae en la princesa Leonor, quien ha alcanzado la mayoría de edad y ha jurado ya la Constitución. Los próximos años del reinado de Felipe VI serán cruciales para restaurar la confianza en la monarquía y reconectar con la sociedad española antes de ceder el trono a su heredera.
Una década de desafíos
Uno de los mayores desafíos del reinado de Felipe VI fue el referéndum de independencia de Cataluña en 2017, cuando el Rey compareció ante la nación para subrayar la unidad de España.
«Yo creo que la intervención después del referéndum fue muy beneficiosa para todos los españoles y fue un punto de inflexión que impidió la independencia o separación de una parte de España», afirmó uno de los asistentes a la ceremonia.
Durante esta década, Felipe VI ha tenido que navegar por un panorama político convulso, con cinco elecciones generales en menos de nueve años, poniendo a prueba su capacidad para mantener la estabilidad y la unidad en el país.
Sin embargo, el monarca ha recibido críticas por parte de los partidos políticos independentistas catalanes, que le acusan de falta de sensibilidad con lo que consideran un conflicto entre España y Cataluña y de una parte de la izquierda española, que hace apenas unos días se manifestó en Madrid a favor de la república.
También, sectores de la extrema derecha han acusado al monarca de tibieza por cumplir con su papel como jefe de Estado y no haberse negado a firmar decisiones del Parlamento y el Consejo de Ministros como la controvertida ley de amnistía a los líderes catalanes del procés.
Sin embargo, según una encuesta el 48.3% de los españoles prefiere hoy una Monarquía constitucional frente al 37.4% que aboga por la república y el 70% de los ciudadanos considera que la institución es «garantía de estabilidad» a España, de acuerdo con otro sondeo.
Una ceremonia para subrayar principios
En conmemoración del décimo aniversario, la Familia Real presidió el solemne relevo extraordinario de la Guardia Real en el Palacio Real.
Posteriormente, los reyes asistieron al acto de imposición de condecoraciones de la Orden del Mérito Civil, en el que han sido condecorados diversos ciudadanos, en reconocimiento de su compromiso personal y contribución social.
«A la Constitución y a sus valores me he ceñido -y me ceñiré siempre- en el cumplimiento de mis responsabilidades. Son guía para el ejercicio de mis funciones», afirmó Felipe VI durante el evento.
«Fue -y es- el compromiso de un rey constitucional, que trasciende la exigencia del deber: lo es también en el plano personal y moral, como expresión profunda de mi respeto y lealtad al pueblo español, al que me debo».
La ceremonia contó con la presencia de los principales poderes del Estado, incluidos los ex-presidentes del Gobierno, Congreso de los Diputados, Senado, Tribunal Constitucional y Consejo General del Poder Judicial, así como el Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, entre otros.