Por Miguel SOLANO
En el aire profético de la isla quisqueyana existen tres certezas que resultan irrefutables, incuestionables, que son verdades en la vida política actual. Primera :
— La unidad PLD Fuerza del Pueblo es inderrotables, gana en la primera vuelta.
2— Esta gente, PRM, antiguo PRD, no sabe gobernar.
3— La garantía, y esa es una certeza que tiene una sólida base histórica; la garantía de que la democracia dominicana funcione está en el hecho de que el PRM esté en la oposición.
Para actuar en consonancia con esas tres certezas, tanto el PLD como la Fuerza del Pueblo, tienen que hacer un sólido compromiso de respetar los números.
La propuesta SOLANO es bien sencilla y está llena de sentido común : ¡respetemos los números! Olvidemos de que Margarita es la última cocacola en el desierto, olvidémonos de que Abel está entre las nubes y el cielo, olvidémonos de que Leonel puede hablar con Dios y todos sus santos.
Aferremonos a quien los números favorecen, atemonos a quien logre el 50 más uno, unamos nuestros sentimientos al sentir del pueblo, que en última instancia será el que eligira al nuevo presidente.
Y este mensaje, más que para los líderes, está dirigido a los dirigentes altos y medios, a los militantes de bases, a los simpatizantes. Con los líderes nuestro trabajo consiste en obligarlos a respetar los números. Con los líderes nuestra atención debe concentrarse en hacerlos ver que sus bellos argumentos no coinciden con los números. Porque los líderes siempre ocultan sus desenfrenadas ambiciones en agua que ya pasó bajo el puente, siempre encuentran un argumento histórico para ocultar sus maléficos deseos y siempre encuentran buenas ideas y magnífica razón para descartar a los demás.
Y sus peores enemigos y los peores enemigos del triunfo y de la unidad son esos desprabadores que en busca de ventajas personales rodean a los líderes, les llenan sus bolsillos, maletas y casas de regalos y les repletan sus oídos con alabanzas en las que les hacen creer que ellos son el padrenuestro y los 7 avemarías.
Imagínate los poderosos que son estos lambones que los que rodearon a Danilo Medina lo convierten en el genial estratega que estaba absolutamente seguro de que aún dividido el PLD ganaba, con el Penco de candidato, las pasadas elecciones. Los lambones lograron algo que ni Lucifer con toda su maldad podría lograr.
Así pues que los dirigentes, las bases, los simpatizantes tienen el solemne compromiso de decirles a sus líderes, con su luz y autoridad, ajustate a los números porque de lo contrario mi simpatía dejará de ser tuya.