Su competencia es la ópera prima de la española Pilar Palomero, con su sorprendente gran crónica de una historia mínima: Las Niñas
José Rafael Sosa
MADRID. Los VIII Premios Platino del Cine Iberoamericano tienen el reto de premiar este domingo próximo, como Mejor Película, una de las cuatro nominadas.
Cada quien, de acuerdo a sus gustos, caprichos, conocimientos o nacionalidades de origen, puede tener su vaticinio, pero nosotros, que no tenemos películas nominadas y que preferimos adoptar una actitud honesta, creemos que la indudable ganadora, por las condiciones que presente y por el perfil no promovido de estos premios Platino, ha de ser la producción colombiana/española El Olvido que seremos (Fernando Trueba).
Los VIII Premios Platino son montados por la Entidad de Gestión de los Derechos de los Productores Audiovisuales y Fipca, que en esta semana han estrenado el foro Iberseries Platino Industria, en el cual se han debatido los temas relacionados con la producción de series y películas, realizado con Fundación Secuoya.
Las nominadas a mejor película son:
· la colombiana El olvido que seremos, (Fernando Trueba)
· la guatemalteca La llorona, de Jayro Bustamante,
· la española Las niñas de Pilar Palomero
· la mexicana Nuevo ordende Michel Franco.
Mi candidata es la biográfica El olvido que seremos, la cual me parece un tema que subjetivamente seduce y que además tiene una producción cinematográfica de primer nivel, además de la universalización de su tema. Es el tipo de película que además de bien lograda, tiene en su favor el factor emocional y la identificación con el martirio consumado en función de la defensa de los derechos por el doctorHéctor Abad Gómez. basada en la novela desgarradora de su hijo, Héctor Abad Faciolince, escrita letra a letra con el amor infinito basado en el ejemplo de este médico interpretado con garra y un auténtico acento colombiano por el actor español Javier Cámara. La película procede de haber ganado el Premio Goya 2021.
El director evidencia el cuidado y la pasión que inyectó a la novela en la que se basa y opera como un descubridor de la vida de ese profesional de la medicina y gestor de los derechos humanos en una etapa sombría, afortunadamente superada, de una Colombia que llevamos colgada del alma.
El doctor Abad cayó asesinado en pleno centro de Medellín, en defensa de la igualdad social y los derechos humanos. Imagino que luego del Premio Platino, si gana, habrá gente corriendo a las librerías físicas y digitales en procura del libro basado en la novela del mismo nombre, si es que gana en los Platino.
Otro factor de éxito que implica es que se trata de la conjunción hacia la cual debemos mirar como país de cine: la buena literatura con el buen cine, unión tan pocas veces reconocidas por nuestros cines en desarrollo y que para el país tiene en Candela (Andrés Farías Cintrón) su expresión reciente y alto exponente.
Por México, compite Nuevo Orden (Michel Franco), un crudo drama social con un final abierto que deja preguntas, tras una labor creativa del director joven mexicano mejor valorado por la industria cinematográfica y opción preferida por Festivales de primer nivel como el de Cannes.
Es la película más densa y oscura de este director, matizada por un realismo y violencia social que estremece y choca con los parámetros del cinéfilo “tranquilo”. quizás llevado a pantalla. Después de Lucia, ganó Mejor película en la sección Una cierta mirada, Cannes y Premio Horizonte del Festival de San Sebastián (2012) y Las hijas de abril, ganadora del Premio Especial del Jurado de la sección Un Certain Regard, Festival de Cannes 2016.
Nuevo orden es tan extremo que provoca tanto fascinación por la fuerza de sus imágenes y su estructuración técnica, como rechazo total, dependiendo de la sensibilidad del espectador. Ese es su factor débil, porque así mismo podría ocurrir una división de criterios entre los jurados.
Las niñas (Pilar Palomero, España) es la candidata más fuerte frente a El Olvido que seremos, y la más premiada en festivales de primer orden, además de la ganadora a mejor película en el premio nacional de España, el Goya, mucho para una ópera prima que ha irrumpido con una fuerza total en la valoración crítica a nivel internacional y en México.
La directora se ha establecido instantáneamente como referencia personal y única a partir de la facturación artística, el cuidado en el montaje de esta, por medio de una historia cotidiana y supuestamente menor y que sirve de carta de presentación de una actriz de 12 años, Andrea Fantos, quien entrega una actuación memorable, sentida, con el ritmo emotivo preciso.
De entre las cuatro nominadas a mejor película, es esta la más premiada en eventos y festivales de primer nivel en España de primer nivel en 2020: Premios Goya: Mejor película, guión, dirección nivel y fotografía (2020); Festival de Málaga: Biznaga de Oro (mejor película), fotografía y Premio Feroz: Premios Forqué: Mejor película; Premios Feroz: Mejor película, dirección y guión.
Y desde Guatemala Jayro Bustamante (Ixcanul, 2017 y Temblores, 2018) presenta en los Platino La llorona (2019/2020), que fue estrenada en el Festival de Cine de Venecia, y seleccionada candidata en los Premios Óscara mejor película extranjera, nominada a los Globos de Oro como mejor película de lengua no inglesa y a los Premios Goya como mejor película iberoamericana.
Bustamante es un director temático con una enorme claridad de lo que desea decir, hurgar en las profundidades de los olvidados para exponer la opresión y la desigualdad que les marca. y en particular en el trance que hacen cruzar la historia, los derechos humanos, las leyendas rurales y los prejuicios sociales.
Bustamente es la figura cimera del Cine Guatemalteco, en el marco de un país cuyas autoridades ahora intentan establecer una Ley Nacional de Cine. Le conocimos primero en el Festival de Cine de Guadalajara en 2017 junto a su actriz recurrente en su obra, María Mercedes Cotoy. Allí ganó con su mágica, socialmente comprometida y estéticamente expresiva Ixcanul.
La llorona es un drama que se basa en la versión guatemalteca del mito de La llorona, una mujer que pena por la muerte de sus hijos, arrepentida después de haber acabado con sus vidas.