La virtud, la ética y la Política.
Por Becker Márquez Bautista.
La nueva generación debe de renunciar de las malas prácticas de algunos viejos dinosaurios de la política, ya que para nosotros es la plataforma que nos brinda la oportunidad de servir y aportar al desarrollo de nuestra sociedad; se hace necesario reeducar las militancias partidarias en la República Dominicana, crear ciudadanos que les den mayor valor a sus palabras y que sean garantes de la honradez política y la buena administración de los recursos públicos.
La virtud es fundamental para la ética y la moral porque nos adentra al fascinante mundo de los principios y los valores que debe poseer la persona humana en el quehacer individual y social, los partidos políticos tienen urgentemente que iniciar programas de formación a su militancia en esos valores, tratar de enfocar a sus miembros por el carril de lo correcto y no de lo incorrecto. Ya que hemos perdido la moral y cívica en las escuelas, debemos retomarlas en los manuales de formación política.
Para que así puedan conocer, entender y comprender el significado de la palabra virtud; tenemos qué, empezar a crear servidores públicos. Que vayan a las instituciones del estado a servir y no a servirse, a tener un apego a los principios y valores que pueda tener un servidor.
La palabra virtud proviene del griego areté y del latín virtus que significa viril, fuerza de carácter, capacidad, aptitud, excelencia, dinamismo, arrojo bélico, valentía, cordialidad, perseverancia. Se trata de habilidades que los ciudadanos van adquiriendo con esfuerzo personal y añadiendo a su naturaleza que lo hace ser distinto de los demás.
He ahí la importancia del tema de las virtudes en el saber ético, ya que uno de los modelos éticos más enraizados en la conciencia moral occidental ha sido el del hombre virtuoso. Al pasar de los años este concepto se ha definido como cualidad personal que se considera buena y correcta; capacidad de producir un efecto determinado, buena conducta, comportamiento que se ajusta a las normas o leyes morales; capacidad para obrar o surtir efecto y herramientas importantes para alcanzar el éxito.