La prostitución es el oficio más antiguo del mundo, aunque
vivimos ya en los tiempos modernos y el término mismo ha sido refundado con la
finalidad de revalorizar el ejercicio como tal, tomando en cuenta que fueron
muchas las mujeres famosas que se ligaron a esta práctica, desde el tiempo de
los emperadores hasta la fecha, y por generaciones la tolerancia y aceptación
en diversas naciones, donde cada una ve la situación de manera diferente.
En nuestra investigación dijimos anteriormente que los
prostíbulos y casas de citas eran identificados por contener un ramo de flores
en la puerta de entrada, de ahí que a sus inquilinas fuesen llamadas rameras,
nombre insignificante para calificar a una prostituta de bajo calibre, pero ya
hoy son llamadas “trabajadoras sexuales”.
La prostitución en la República Dominicana es un tema tabú, a
pesar de su existencia y crecimiento de forma galopante, es por ello que nos
abocamos hacer una profunda investigación sobre el tema, y solo lo hemos delimitado a aconteceres exclusivamente
de República dominicana, país que apenas posee 10 millones de habitantes, sin
embargo es ampliamente conocido a nivel internacional, donde se dice que: su
principal producto de exportación es la prostitución.
Pasado algunos años, diversos medios de prensa alemanes
destacaron su preocupación por el auge turístico de este país caribeño
frecuentado por sus ciudadanos, donde según ellos se ejercen “el turismo
sexual, y por ende la pedofilia”, y lo dieron a conocer en forma de alerta,
para despertar el interés de las autoridades, a un modo de observancia.
A pesar de haber transcurrido los años la situación ha ido de
mal en peor, y además nos encontramos con la falta de oportunidad, educación y
control de quienes deberían actuar con la finalidad de mejorar las condiciones
de vida de sus ciudadanos, mostrando muy poco interés en el propio tema.
La prostitución en República Dominicana es una evidente
situación que deja sin respuesta a un grupo de detonantes preguntas, tomando en
cuenta varios factores, que en los últimos años han marcado un antes y un
después.
El auge turístico en el país, sin dudas algunas ha permitido
que muchos pederastas hayan fijado su
vista en esta media isla, pues escapando de los fuertes controles en sus
respectivos países de orígenes y aprovechando la falta de leyes o lo permisiva que
son las existentes.
El turismo sexual en República Dominicana se ha convertido en
una realidad, siendo Boca Chica Puerto
Plata, La Romana y otros polos turísticos del país donde se ha proliferado de
manera galopante, mientras que las autoridades competentes, el único interés
mostrado ha sido la entrada de divisas por este capítulo sin tomar en cuenta
las consecuencias y el daño social y moral que estos han causados.
Desde décadas anteriores: la República dominicana no apuesta
por un turismo de calidad, sino cuantitativo, sin importar las consecuencias
social negativa que ha traído a la población, inflación del modo vivendi poblacional, deterioro social, y otras
situaciones que van en desventaja del propio país, pero en tal sentido es un
problema económico por el cual entra al fisco nacional gran parte de las
divisas del país, por lo cual el turismo se ha ganado el buen nombre de la
industria sin chimenea, como suelen llamarle.
La prostitución en la República Dominicana siempre ha
existido
Pasado unos días cuando nos abocamos a tratar
la investigación sobre la
prostitución como oficio más antiguo del mundo, destacamos las figuras más
conocidas del gaje, así como el nivel de tolerancia y aceptación en diversas
naciones, el cual en muchas de ellas está prohibida, sin embargo es tolerada
tras las cortinas.
En esta ocasión continuamos con el tema, pero centrado en la
República Dominicana y sus reconocidos burdeles, el cual nadie puede ignorar la
existencia de ellos, muchos de los cuales han desaparecido con el correr del
tiempo.
En Republica Dominicana las mujeres de vida alegre como
solían llamarles, debían estar registradas en la Secretaría de Estado de Salud
Pública, por disposición del gobierno dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo Molina, con este registro se buscaba
preservar la integridad familiar, es decir: la salud de los parroquianos y su entorno familiar; para así evitar la
propagación de las enfermedades contagiosas que abundan en el mundo de la
prostitución.
A estas mujeres Salud Pública las proveías de una Cartilla
Registro de Control Sanitario, de ahí es de dónde se desprende el adagio popular de: “Cueros con Cartillas”
que aunque se trata de un término despectivo, pero formó parte de la realidad
dominicana, ya que aquellas mujeres que no poseyeran esa identidad sanitaria,
no podía ejercer el oficio.
Las enfermedades venéreas (de transmisión sexual) más
frecuentes dentro del ejercicio de la prostitución se encuentran: Infecciones
por Clamidias, VHI-SIDA, Herpes Genitales, Gonorrea, Tricomoniasis, Sífilis,
Virus del Papiloma Humano, (VHI) Hepatitis B, Candidiasis, Chancro Blando o
Chancroide, Ladillas y otras enfermedades de tipo infecciosas.
En el curso de nuestra investigación hemos encontrado que en
la ciudades o Polos Turísticos son donde existe el nivel más bajo de prostíbulos,
no así la prostitución, ya que las trabajadoras sexuales en mayoría lo hacen
por cuenta propia, y con ello evitando el pago de peajes a los “COYOTES” de la
trata de blanca.
Prostitución desde la época trujillista
En la era trujillista, se avizoraron zonas de tolerancias,
siendo las más conocidas: el área de
Borojol, Villa Francisca, Km. 9 de la Duarte y su periferia, la antigua avenida
José Trujillo Valdez, hoy avenida duarte, Villa Juana, donde operaba Herminia, para luego expandirse hasta la
Avenida Máximo Gómez.
En 1951 la legislación tocó algunos aspectos del ejercicio y
en 1958 la actividad fue prohibida, no obstante estos negocios continuaron sus actividades, es de ahí que la mayoría
comenzaron a operar bajo el nombre de Night Clubes.
Aunque la prostitución había sido permitida en todo el país,
pero bajo control sanitario para evitar la propagación de las enfermedades de
transmisión sexual, situación cambiante con el correr de los años; la
proliferación y su expansión con el surgimiento de nuevos prostíbulos que
vinieron a fortalecer los ya existentes, y a sustituír muchos que
desaparecieron.
Se dice que Herminia llegó a ser una mujer muy poderosa en el
mundo de los negocios, tenía también un local que operaba en la Pedro Livio
Cedeño con Marcos Adón, con el nombre de Night Club Ville Ville, y se codeaba
con políticos, empresarios y ejercía influencia además en el Cuerpo Policial y
sus burdeles eran frecuentados por políticos de la derecha y se dice que
colaboraba con algunos de izquierda, funcionarios gubernamentales, y del mundo
diplomático, etc. etc.
En República Dominicana siempre existieron prostíbulos de
diversas categorías
De igual manera existieron un sin número de lupanares
disfrazados de Centros de Diversiones, como Night Clubes y otros.
Entre los Night Clubes más conocidos en Santo Domingo lo fue
el Le Petit Cheteau, ubicado en el Malecón, próximo al Km. 12 de Haina, en
donde presentaban show al desnudo.
El Molino Rojo, ubicado en la Calle María de Toledo, y en su
mayoría en la ciudad de Santo Domingo y en otras ciudades del país. Uno de los
más alegóricos lo fue el Toldo de la Calle Barahona esquina Duarte.
Así mismo Meneíto y Fadé, burdeles de hombres, Night Club
Herminia, en la Evaristo Mejía Esquina Máximo Gómez, Nancy, en Villa Agricola,
Polín María Montéz, El Caché en la Pedro Livio Cedeño con Moca, El Conejo
Negro, en la Marcos Adón, Blanquiní, Le Caché, El Clavo, El Almendro, en la
Pedro Livio Cedeño, Benítez, Mella con Meriño, María Coca Cola, en Los Mina, de
esta última se decía ser además una delatora de los jóvenes revolucionarios en
la época de los 12 años de la era
balaguerista, entre otros, todos de la ciudad capital.
No se podrá omitir a Tony Cambumbo, que aunque no era un
burdel, pero allí terminaban todos los que andaban de juergas por las noches,
incluyendo a grandes hombres de la música y el arte.
Pero los pueblos no se quedaron atrás, es por ello que
podemos mencionar a Cap Verde, en San Francisco de Macorís, y en Santiago de
los Caballeros, tenemos a Casa Blanca, El Baturro, Zoila, Casa King en Licey Al
Medio, como casa de citas que cobrabra 200 y 800 por horas para la trabajadora
sexual y 1.500 a 2.000 por la noche, é Ilusión en la carretera Santiago-Lecey.
En La Vega, los más conocidos era Morillito, en la comunidad
de Guaco y Fefa Calampín, en la calle Concepción Tavéras, esta última murió
carbonizada en un fuego que le consumió su casa.
En La Romana, El Copacabana, allí se pagaba en dólares por la
influencia turística, doscientos por amanecida y además una paga especial para
los Sanky Panky, mientras que en Samaná encontramos al El Pica Pica, aquí las
trabajadoras sexuales son residentes internas.
De igual manera en Puerto Plata, en Charamico, Casa Pinana, en
Sosúa a las 2 de la mañana las calles parecen un panorama de la Duarte con
París.
Hay que destacar que en las ciudades polos turísticos son
escasos la existencias de burdeles, ya que la prostitución se ejerce por
contacto directo con los parroquianos, sin tener la necesitad de pagarles a los
proxenetas.
Concluimos diciendo, con que para la obtención de datos hubo
de consultar a determinadas personalidades conocedoras del tema, entre ellos
periodistas, gente común y algunas trabajadoras sexuales y ex prostitutas, a
demás del uso de los medios tecnológicos.
Por Olga Capellán