"No construiremos un muro, sino una economía fuerte para todos"
Estas fueron las palabras de Clinton al aceptar su nominación como candidata a la presidencia de Estados Unidos al cierre de la Convención Demócrata en Filadelfia.
“No construiremos un muro, sino una economía en la que todo el mundo que quiera un trabajo bien pagado lo tenga. ¡Construiremos un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes que ya están contribuyendo a nuestra economía”, Hillary Clinton.
Bill, esa conversación que empezamos en la biblioteca de Derecho hace 45 años sigue fuerte. Saben, esa conversación ha pasado por buenos momentos que nos han llenado de alegría y ha traído momentos difíciles que nos han puesto a prueba. Hemos dicho palabras difíciles durante el camino.
El martes por la noche me sentí feliz de ver que mi comentarista en jefe [se refiere a Bill Clinton] sigue trabajando. También estoy muy agradecida con el resto de mi familia y mis amigos de siempre. A todos los que han trabajado duro para que estemos aquí esta noche. Y a los que se han unido a nuestra campaña esta semana. ¡Qué semana tan maravillosa hemos tenido!
Hemos escuchado a la persona de la esperanza, Bill Clinton, y al hombre de la esperanza, Barak Obama.
Estados Unidos es más fuertes gracias al liderazgo del presidente Obama y yo soy mejor gracias a su amistad. Hemos escuchado a nuestro fantástico vicepresidente, el inimitable Joe Biden, quien habló con el corazón sobre el compromiso de nuestro partido con los trabajadores. Y la primera dama Michelle Obama nos recordó que nuestros hijos nos están mirando y que el presidente que elijamos también será su presidente.
Y para los que apenas empiezan a conocer a Tim Kaine, pronto entenderán por qué la gente de Virginia sigue ascendiéndole: de consejero y alcalde a gobernador, y ahora senador. Él hará que estemos orgullosos de él como nuestro vicepresidente. También quiero dar las gracias a Bernie Sanders. Bernie, tu campaña ha inspirado a millones de estadounidenses, especialmente a la gente joven que puso todo su corazón y alma en las primarias. Tú has puesto la economía y la justicia social donde tienen que estar, en el centro. Y para todos tus partidarios aquí y en el resto del país: quiero que sepan que los he escuchado, su causa es nuestra causa.
Nuestro país necesita sus ideas, energía y pasión. Esa es la única forma en la que podremos convertir nuestra plataforma progresista en un cambio real para los Estados Unidos de América. La redactamos juntos, ahora hagamos que se haga realidad juntos.
Amigos, hemos venido a Filadelfia –el lugar que vio nacer a nuestra nación–, porque lo que sucedió en esta ciudad hace 240 años tiene aún algo que enseñarnos hoy. Todos conocemos la historia. Pero solemos centrarnos en cómo sucedió, y no prestamos suficiente atención a lo cerca que estuvo de no escribirse jamás. Cuando los representantes de 13 colonias rebeldes se reunieron justo aquí, algunos querían quedarse junto al Rey. Otros querían abandonar. La revolución estaba descompensada.
Entonces, de alguna forma empezaron a escucharse, a ceder, a buscar un propósito común y cuando dejaron Filadelfia ya habían comenzado a verse como una nación. Eso hizo posible que se levantaran contra un rey. Hacía falta tener mucha valentía, y la tenían. Nuestros fundadores abrazaron la verdad de que somos más fuertes juntos.
Ahora, Estados Unidos está en un momento en el que hay que pensar muy bien. Fuerzas muy poderosas tratan de dividirnos. Los lazos de confianza y respeto se están quebrando. Al igual que nuestros fundadores, no tenemos garantías de qué pasará. Tenemos que decidir si vamos a trabajar juntos para poder levantarnos juntos. Nuestro lema nacional es: e pluribus unum (de muchos, uno). ¿Vamos a seguir fieles a ese lema? Ya escuchamos la respuesta de Donald Trump la semana pasada en su convención. Él quiere dividirnos, del resto del mundo y entre nosotros. Dice que los peligros del mundo de hoy nos cegarán ante sus amenazas.
Él está llevando el Partido Republicano muy lejos… del "Buenos días América" a "Medianoche América". Quiere que tengamos miedo al futuro y nos temamos los unos a los otros. Un presidente demócrata maravilloso, Franklin Delano Roosevelt, lanzó la perfecta reprimenda a Trump hace más de 80 años, en una época mucho más peligrosa: "Lo único que tenemos que temer es el temor en sí mismo". Ahora sabemos a lo que se enfrenta nuestro país, pero no tenemos miedo, vamos a prepararnos para este desafío, como siempre lo hemos hecho. Nosotros no vamos a prohibir una religión, sino que trabajaremos con todos los estadounidenses y nuestros aliados para luchar y vencer al terrorismo.
Tenemos mucho trabajo por delante. Demasiadas personas no han tenido un aumento de sueldo desde la crisis económica. Hay demasiada desigualdad y muy poca movilidad, hay demasiada parálisis en Washington, demasiadas amenazas en casa y fuera. Pero miren la fortaleza que tenemos para afrontar estos desafíos:
Tenemos al pueblo más dinámico y diverso del mundo;
Tenemos a la gente joven más tolerante y generosa que hemos tenido jamás;
Tenemos a los militares más poderosos, a los empresarios más innovadores y los valores más profundos: libertad e igualdad, justicia y oportunidades.
Deberíamos sentirnos muy orgullosos de que estas palabras estén asociadas a nosotros, que cuando la gente las escucha, escuchan 'Estados Unidos'.
Así que no dejen que nadie les diga que nuestro país es débil, porque no lo es. O que no tenemos lo que hace falta, sí lo tenemos. Y sobre todo, no crean a nadie que les diga: “Yo puedo arreglarlo solo”. Esas fueron las palabras que Donald Trump dijo en Cleveland y deberían hacer saltar las alarmas. ¿En serio? ¿Yo solo puedo arreglarlo? Se le olvida quizá que hay tropas en el frente, oficiales de policía y bomberos que corren hacia el peligro, médicos y enfermeras que nos cuidan, profesores que cambian las vidas de sus alumnos, empresarios que ven posibilidades en cualquier problema, madres que han perdido a sus hijos por la violencia y crean un movimiento para mantener a sus hijos seguros. Se olvida de todos nosotros.
Los estadounidenses no dicen “puedo arreglarlo solo”, sino “lo arreglaremos juntos”.
Recuerden: nuestros fundadores lucharon y crearon la Constitución para que Estados Unidos nunca fuera una nación en la que una sola persona tuviera todo el poder. 240 años después seguimos confiando los unos en los otros. Vean lo que pasó en Dallas después del asesinato de cinco valientes policías. El jefe de policía David Brown pidió apoyo a la comunidad, incluso que se unierán a ellos. ¿Y saben cómo respondió la comunidad? Casi 500 personas se apuntaron en solo 12 días. Así es como los estadounidenses responden cuando hace falta ayudar. Hace 20 años escribí un libro titulado It takes a village (en español 'Es labor de todos'). Mucha gente leía el título y me preguntaba: "¿A qué demonios te refieres?" Me refiero precisamente a esto: ninguno de nosotros puede levantar una familia, un negocio, una comunidad o un país completamente solo. Estados Unidos necesita que todos nosotros pongamos nuestra energía, nuestro talento y ambición para lograr que nuestra nación sea mejor y más fuerte. Creo en esto con todo mi corazón.
Por eso 'juntos somos más fuertes' no es solo una lección de nuestra historia ni únicamente un eslogan de campaña. Es un principio que guía el país que siempre hemos sido y el futuro que vamos a construir. Un país donde la economía funcione para todos, no solo para los que están arriba. Donde se puede conseguir un buen trabajo y enviar a tus hijos a un buen colegio sin importar el código postal en el que vives. Un país en el que nuestros hijos pueden soñar y que sus sueños estén a su alcance, en el que las familias sean fuertes, y las comunidades estén seguras. Y donde el amor triunfe sobre el odio.
Por Polón Vasquez